La verdad es que ya no nos sorprende ver este tipo de noticias, que un alcalde se ponga de parte de unos pocos ganaderos impulsados por los sindicatos agrarios, como en este caso, COAG, para pedir medidas contra los ataques de lobos, es algo que de novedad tiene poco.

El alcalde de San MartÃn de Oscos (a la derecha) con algunos ganaderos (foto obtenida de la web de INE
Lo que quizás sorprenda más las declaraciones de de la secretaria general del sindicato agrario COAG, Mercedes Cruzado:
«Que no se crean los asturianos que los lobos son animales muy mansos, son depredadores. Una cosa es verlos desde Oviedo y otra cosa es convivir en el pueblo con ellos, que se acerquen y lo vean»
Cuando en el dÃa de hoy, nos han sorprendido con una auténtica noticia
Se trata de la denuncia realizada por el Observatorio Justicia y Defensa Animal y la Plataforma Lobo Marley que han divisado varias vacas con sus patas encadenadas con grilletes por una zona de monte del municipio asturiano de Boal. Además han manifestado su decepción cuando han constatado que el Seprona tan solo cuenta con 4 miembros para cubrir el occidente asturiano, una auténtica vergüenza.
En realidad no se trata tampoco de ninguna novedad, no es la primera vez que se denuncia actos de este tipo, aunque la mayorÃa de las veces en caballos
No voy a relatar el maltrato de por si que supone para los animales domésticos mantenerlos «sujetos» con ese tipo de cepos, ni de los peligros que entrañan para el animal, es que además, ¿cómo esperan que esos animales se puedan defender contra posibles depredadores?
Es fácil llenarse la boca hablando del peligroso lobo que es un «depredador» horrible, pero es que señores, se lo ponéis muy fácil para que ataque a vuestro ganado.
La ciudadanÃa tiene que ser muy consciente del juego sucio empleado para transformar la ya delicada imagen del lobo en ese animal diabólico que no es, y entender de una vez que toda esta polémica está montada por una dejadez deliberada de las funciones tradicionales de la ganaderÃa, donde se niegan a cuidar y vigilar su ganado, tal y como se hizo desde el comienzo de la misma.