Lobos y ganaderos, una mezcla imposible

Valladolid, 29 dic (EFE).- El aumento de la población de lobos y el descenso del número de ganaderos se ha convertido en un coctel fatal en Castilla y León, donde las organizaciones agrarias consideran «imposible» la convivencia entre este animal y el ganado.

El descenso de los ganaderos, que además por la situación económica actual les resulta casi imposible obtener beneficios y el aumento de la población del lobo, añade una situación cada vez más complicada de resolver.

De los 424 ataques de lobos al ganado constatados en 2007, con 1.294 reses afectadas, se ha pasado a 771 en 2010, con 2.184 ovejas, cabras, vacas y caballos fallecidos o heridos, según datos facilitados hoy a EFE por ASAJA, a falta de cerrar la cifra de 2011.

La incompetencia de las administraciones por buscar una solución ante este problema acaba por la solución más sencilla, delimitar las zonas del lobo a las extensiones por donde no pasa el ganado, eliminando a base de escopetazo a los lobos sobrantes.

Nuestras administraciones parecen olvidar el papel ecológico del lobo en nuestras tierras. Se ha demostrado en incontables zonas del planeta el papel regulador y regenerador de los cánidos.

En el Parque Nacional de Yellowstone, se reintrodujo el lobo a partir de 1995 y, desde entonces, se ha descubierto que los bosques de álamos se han recuperado. Esto se debe a que los ciervos han de estar alerta y moverse a menudo, no pudiendo ejercer tanta presión sobre la vegetación.

En las zonas de la Cordillera Cantábrica, allí donde el lobo fue duramente perseguido, se ha descubierto que el jabalí ha crecido con desmesura. Y resulta que los daños producidos por los jabalíes en el sector agrícola son mucho más cuantiosos económicamente que los que provoca el lobo en la ganadería.

Hace poco se ha descubierto en la Muela y Cabo Tiñoso una manada de muflones compuesta al menos por 50 miembros, la solución fácil para la administración, dado que el muflón no es autóctono de esas zonas ha pasado por «permitir» a cualquiera que tenga un rifle, salir a cazarlos. ¿No sería más prudente llevar a los muflones a zonas en donde el lobo ha aumentado su población para que los canidos no tengan que perseguir al ganado?

En Barcelona durante el 2011 tuvieron un problema con el aumento de los jabalíes cuya solución pasó por permitir cazarlos hasta con flechas por la ciudad.

Sinceramente el sentido del equilibrio ecológico del hombre ha demostrado ser nefasto para la naturaleza, Por un lado tenemos un incremento de animales que están resultando ser dañinas para la flora sin control de un depredador natural y por otra, tenemos zonas en las que los depredadores han conseguido aumentar su población extendiendo sus dominios hasta amenazar la ganadería por falta de presas naturales. ¿A nadie se le ocurre una solución ante estos dos problemas menos drástica que la de matar a los «sobrantes»?

Otras de las cosas que parecen insultar la memoria histórica son los comentarios del tipo: «El lobo sólo puede permanecer en sus habitas tradicionales«. En 1900 se podían encontrar lobos por casi toda la península ibérica:

Por lo que, quitando el mediterráneo levantino, el lobo se extendía en apenas 100 años por toda la península ibérica.

Otro punto importante es el realmente poco interés que parecen demostrar los ganaderos por proteger a sus rebaños. Se ha recalcado la importancia de usar perros en la defensa de los rebaños, cosa que ha día de hoy parece que los ganaderos no han entendido. Los mastines españoles llevan años cumpliendo con la misión de defender a los rebaños con su vida de forma muy efectiva.

Otro dato a tener en cuenta son los incontables ataques realizados por jaurías de perros asilvestrados que además de perjudicar a los lobos, no cumplen la función ecológica del lobo y provocan daños más severos que los lobos al cazar más presas de las que necesitan para comer.

En conclusión, la solución no es fácil, eso lo tenemos claro, pero sería absurdo pensar que la solución opta por diezmar la población de un animal que es nuestro, que pertenece a nuestra historia y nuestra nación, que lobos ibéricos sólo los hay aquí y por tanto, su conservación es algo que va más allá de una especie sin más, su historia es nuestra también.

 

 

 

 


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