Sevilla, 10 feb (EFE).- Los catedráticos del único máster de terapia asistida por perros que hay en España aspiran a dejar de ser «los de los perritos» y a tener un mayor reconocimiento de sus posibilidades cientÃficas entre los pacientes que atienden, sobre todo ancianos, menores y enfermos mentales.
Alfonso Blanco Picabia, catedrático de PsiquiatrÃa en la Universidad de Sevilla y uno de los directores del máster, ha explicado a Efe que cuando exponÃa a las distintas instituciones que querÃan impartir esta terapia les miraban «con una risa de conmiseración», y ahora, tras comprobar su éxito, «hacen cola» para recibirla.
Sin embargo, lamenta que no pueden extender la terapia a nuevos «clientes» porque con la crisis carecen de financiación, ha indicado el catedrático, que desarrolla el trabajo con ancianos, menores de un colegio de educación especial y personas con daño cerebral sobrevenido.
Esta terapia, que en España es algo «incipiente» pero que en Europa o Estados Unidos se aplica desde hace más de veinte años, según el catedrático, permite elevar la autoestima de los pacientes y evitar depresiones, entre otras enfermedades.
El catedrático aspira a que esta terapia se considere como algo «riguroso y tan cientÃfico» como las actividades que se hacen «en un laboratorio o en una sala de fisioterapia», y para ello insiste en la necesidad de que se use a los perros «de manera cientÃfica» y tras un programa bien diseñado, con objetivos y metodologÃa.
Los terapeutas con perros carecen de un censo de profesionales o de una asociación, lo que está promoviendo el catedrático y director del máster ante los numerosos «aficionados» que usan los animales con supuestos beneficios entre los humanos pero sin el más mÃnimo rigor cientÃfico.
El máster, que incluye dos cursos con un coste de unos 1.700 euros cada uno y ha permitido la inserción laboral de casi todos los alumnos en los dos años que lleva impartiéndose, está dirigido especialmente a psicólogos, psiquiatras y fisioterapeutas.
Blanco Picabea asegura que los perros mejoran la calidad de vida de menores con problemas mentales o de ancianos, y de hecho subraya que el gobierno sueco cede un perro a los mayores de 65 años que viven solos porque les retrasa su ingreso en un centro unos cinco años, lo que supone un ahorro para el paÃs.
Entre los menores, uno que sea autista y «que no mira ni siquiera a su madre, le presta atención al perro» y le facilita que se relacione con otros seres humanos, lo que no logran los médicos, según el catedrático.
Luis RodrÃguez Franco, otro director del máster y del grupo de investigación PsicologÃa ClÃnica y de la Salud de la Universidad de Sevilla, afirma que los perros «ayudan a motivar y a mover emociones», y agrega que «la motivación y las emociones son fruto de muchos cuadros psicopatológicos, como la ansiedad o la depresión».
En una de las terapias aplicadas a cinco ancianos de la Fundación Gerón en Sevilla, la perra «Ojú», de la raza pastor alemán, atiende pacientemente las instrucciones que recibe, como dar la pata, coger una pelota de goma o situarse junto a ellos para que le aten un lazo alrededor del cuello.
Con algunos de esos ejercicios se logra, por ejemplo, que una mujer con hemiplejia se esfuerce en mover el brazo que tiene afectado para acariciar al animal o para lanzarle la pelota de goma.
Tras media hora de sesión, la perra necesita descanso, aunque en ocasiones puede estar «trabajando» en la terapia 45 minutos como máximo.
Juan Félix MartÃnez, especialista en el comportamiento de perros, ha explicado que para el primer año del máster sacan a perros de perreras o de refugios de animales, y una vez que demuestran capacidades, se les entrena varios meses para su trabajo especÃfico, aunque precisa que lo más importante es que sea «afable» y que se relacione con los humanos con facilidad. EFE