
Foto de La Manada.
En la guerra de declaraciones (incluyendo los insultos cruzados) entre los que están a favor de matar al lobo, y los que estamos en contra de dicha lÃnea de actuación, a veces nos dejamos a un lado el porque es tan necesario mantener al lobo y cual es su verdadera función para los ecosistemas.
Recientemente ha sido publicado un estudio en la prestigiosa revista cientÃfica Science de la importancia para los ecosistemas la presencia de los grandes depredadores en ella.
Un equipo internacional de 24 investigadores a realizado un estudio a nivel global sobre el impacto del declive de los grandes depredadores y herbÃvoros, la cúspide de la cadena trofica, en todo el ecosistema sobre el que se asientan.

Pirámide trófica obtenida de la web APRENDEMOS SOBRE ECOSISTEMAS
Antiguamente, cuando se hablaba de la pirámide trófica, siempre se habÃa pensado que la parte fundamental sobre la que giraba la citaba pirámide, era su base, sobre la cual giraba el resto del ecosistema. Si habÃa flora, habrÃan insectos, aves y mamÃferos herbÃvoros que se alimentaban de esa flora, a su vez, otra serie de animales se alimentarÃan de los anteriores y asà sucesivamente hasta llegar a los superdepredadores, por tanto, la creencia anterior de que habÃa que mantener «la base» de la pirámide para sostener el ecosistema.
Pero el citado estudio nos ha mostrado el error en tal afirmación, y nos pone de manifiesto la importancia que cumplen todos los seres que componen la pirámide, incluyendo en este caso, la punta de la pirámide que es lo que nos atañe realmente en este tema referido al lobo.
Y la pregunta es, ¿cómo? Pues pongamos un ejemplo, usando la propia pirámide. ¿Que ocurrirÃa si eliminamos al lobo ártico de allÃ? Pues nos encontramos con que al no haber un superdepredador, las especies que se ven afectadas por el lobo, como el caribú, se encontrarÃan sin depredador, por tanto, no sufrirÃan bajas a causa del lobo. El caribú podrÃa pastar libremente sin tener que estar en constante movimiento por los ataques del lobo, no tendrÃa que estar migrando de un lugar a otro para evitar los ataques del lobo. ¿En que afecta eso a la pirámide trófica? Simple, la presión constante que los caribú ejercerÃan en un mismo terreno afectarÃa a la flora misma, que no podrÃa regenerarse ante la presencia de los caribú, cuya población aumentarÃa considerablemente al no tener depredadores. Pero es más, la ausencia de depredadores también afectarÃa seriamente a la propia población de los caribú, ya que otra de las funciones de los grandes depredadores es la de purgar las especies, los animales viejos y enfermos son los primeros en caer a manos de los depredadores, por tanto, la posibilidad de que una enfermedad se propague dentro de la especie es casi nula, pero, ¿qué ocurre si no hay un gran depredador que saneé a la especie?
El que se vea afectada la flora, como se puede comprender, no solo afectarÃa a los caribú, sino al resto de la pirámide, ya que estos ungulados no serÃan los únicos que se verÃan afectados. Y por no contar que la desaparicion de la flora afecta hasta la composición del suelo, la temperatura ambiental…
Todo lo relatado hasta ahora, tiene su propio ejemplo en casos reales, no se trata en suposiciones alarmistas de «los cientÃficos locos», sino que se trata de hechos ya estudiados y contrastados y voy a poner dos ejemplos de ello:
En 1918 fueron eliminados los grandes depredadores para proteger el número de ungulados del Parque Nacional de Yellowstone.
Durante este perÃodo, hubo muy poca regeneración de nuevos álamos temblones, sauces y álamos de Virginia. Las poblaciones de alces empezaron a mostrar un aumento marcado en megafauna coja o enferma. Al no temer a los lobos, los alces pastaban dondequiera, y, durante décadas, procedieron a alimentarse de -y matar- todos los individuos jóvenes de álamo de Virginia que crecÃan en las riberas de los arroyos. Esto trajo como consecuencia la erosión de las riberas de los arroyos, y el aumento en la temperatura del agua.
Para los 90, el gobierno federal habÃa cambiado radicalmente su opinión sobre los lobos. Los cientÃficos decidieron traerlos de nuevo al área en 1995. El U.S. Fish and Wildlife Service trajo 15 lobos grises de Canadá. Los lobos se desarrollaron, y, ahora, hay más de 300 de sus descendientes viviendo en Greater Yellowstone Area. Ahora, los lobos influyen sobre los alces a través de la mortandad directa: han estado cazando alces, y comiéndoselos. Ha habido un aumento en la regeneración del álamo temblón, el álamo de Virginia y el sauce. Esto ilustra cómo los lobos, también, influyen en los alces a través de medios no letales. Por lo visto, el temor de ataques por parte de los lobos evita que los alces se alimenten de los árboles jóvenes en zonas del dominio de los lobos, y que frecuenten los arroyos.
Los restos de alce proveen alimento a animales tales como cuervos, águilas y osos. Según un ecólogo, la reintroducción de lobos ha afectado a más de 25 especies en Yellowstone. Los cuerpos de los alces muertos por lobos son consumidos por otros carnÃvoros.
Otro ejemplo, y alejándonos de los lobos, lo tenemos en la caza industrial de ballenas en el siglo pasado dio lugar a la pérdida de una gran cantidad de grandes ballenas consumidoras de plancton. Ahora se sabe que ejercÃan un gran papel en la captura de carbono en las profundidades del mar mediante la deposición de sus heces. El resultado ha sido la transferencia de aproximadamente 105 millones de toneladas de carbono a la atmósfera que podrÃan haber sido absorbidas por las ballenas, lo que ha contribuido al cambio climático.
Claro que algunos prefieren seguir vendiendo el lema de «con lobos no hay paraÃso», cuando realmente «sin lobos, no hay paraÃso», pero claro, yo no me baso en suposiciones, maldiciones y cuentos para no dormir, me baso en hechos cientÃficos, contrastados y demostrados.
Os dejo dos enlaces a otros dos artÃculos relacionados con la importancia de los grandes depredadores en los ecosistemas:
Noroeste Ibérico
Mongabay