Chapron et al. presentan un convincente caso de que los grandes carnÃvoros y los humanos pueden compartir con éxito el mismo paisaje («La recuperación de los grandes carnÃvoros en los modernos paisajes dominados por humanos en Europa«,  Informe de 19 de diciembre de 2014, p. 1517). Sin embargo, las conclusiones de Chapron et al. Son un comienzo, no un fin, abriendo paso a una investigación sobre las posibilidades e implicaciones de la convivencia.
En zonas remotas con densidades humanas  bajas, los grandes carnÃvoros juegan un papel vital a través de las cascadas tróficas en la regulación de la presa, los carnÃvoros más pequeños (mesodepredadores), y los ecosistemas. Una pregunta clave a la luz de las conclusiones de Chapron et al. es si los grandes carnÃvoros, en paisajes dominados por el hombre, desempeñan un papel ecológico similar. La investigación hasta la fecha sugiere que no pueden, o que los modelos comunes de convivencia inhiben en los grandes carnÃvoros su papel de depredadores. Por ejemplo, donde las altas densidades de humanos se acompañan de polÃticas medio-ambientales laxas,  los grandes carnÃvoros con frecuencia complementan su dieta con la basura, cultivos, ganado y las administradas por los seres humanos (*subsidios tróficos). Esto puede influir en su abundancia, historias de vida, y el uso del espacio, a su vez, alterando la forma en que interactúan depredadores y presas. La presencia humana y la infraestructura humana también pueden alterar las relaciones depredador-presa, proporcionando un «escudo» oportuno para una especie de la otra. Esto ha dado lugar a una interacción de tres vÃas involucrando a humanos, depredadores y presas. Para complicar aún más las cosas, los seres humanos, a menudo facilitan la hibridación entre grandes carnÃvoros (especialmente los cánidos) y entre especies no indÃgenas o domesticadas, ya sea a través de introducciones deliberadas o de modificaciones del hábitat.
Si buscamos un cambio transformador sobre la forma en que los grandes carnÃvoros son gestionadores, necesitamos entender mejor cómo prevenir resultados ecológicos que socaven las metas de restauración.
Un modelo exitoso de convivencia tendrá que lograr no sólo el hecho de la convivencia, si no también tendrá que conservar, en la mayor medida posible, el papel fundamental desempeñado por los grandes carnÃvoros en los procesos de los ecosistemas.T. M. Newsome1,2*and W. J. Ripple.