Últimamente se usa demasiado la expresión que el “lobo vale más vivoâ€, y aunque es cierto, por desgracia no hace referencia a su imprescindible y vital papel en el ecosistema (Sciencie, Predators`Effects on Ecosystem Entropy), sino a su valor “económicoâ€.Â
Es cierto que hay un creciente interés en la población de visitar zonas naturales y contemplar la fauna de dichas zonas, el lobo es sin duda uno de los animales que mayor interés despierta en el ser humano. El turismo surgido en torno al lobo puede tener una serie de beneficios:Â
-. Motor económico para los habitantes de la zona, que pueden verse beneficiados por esos turistas atraidos por el lobo, ya sea con alojamientos rurales, restaurantes, merchandising en torno al lobo como camisetas, postales, etc.Â
-. Educación ambiental. Dar a conocer el ecosistema en donde habita el lobo, la flora y fauna que la compone, el respeto a los elementos que integran el mismo, como parte vital de ese turismo en torno al lobo.Â
-. Legado etnográfico y cultural: Conocer las prácticas culturales en torno a las poblaciones que conviven con el lobo, y los elementos que forman parte de esa cultura.Â
En definitiva, este turismo lobero puede convertirse en una herramienta para su conservación, siempre y cuando se encuentre bajo un férreo código deontológico que asegure que dicha actividad no represente un problema adicional para el lobo que pueda peligrar su labor en el ecosistema (Quercus 270, “Turismo lobero: demos un paso másâ€, Javier Talegón, Jorge Echegaray, Isabel Barja).Â
¿Qué problemas podrÃa suponer para el lobo este turismo?Â
Para contestar a este pregunta, quizás deberÃamos conocer primero la relación que mantiene el lobo con el hombre. Â
Los lobos llevan siglos siendo perseguidos y masacrados por el ser humano, al ser posiblemente el único depredador que consigue desafiar al hombre; pero con un indudable precio, el lobo, como tantas otras especies, ha aprendido que la mejor forma de sobrevivir al ser humano es huyendo del mismo, siendo un auténtico especialistas en evitarlo.Â
Según hemos podido comprobar en el estudio realizado por la Universidad de Alberta, Effects of Humans on Behaviour of Wildlife Exceed those of Predators in a Landscape of Fear, los efectos de la presencia del hombre en ambientes salvajes supera en muchas especies, en este caso los alces, los niveles de estrés generados por grandes depredadores. Tanto la caza, los excursionistas, turistas o el tráfico ocasional en ambientes naturales afecta a la fauna salvaje, y si bien, trasladar los efectos de la presencia humana en los alces, a los lobos, pudiera ser algo arriesgado, como ya he señalado anteriormente, está demostrado que los lobos se ven afectados por la presencia humana.Â
Como se ha de suponer, la “mera†presencia del hombre, implica en el lobo conductas de evitación, que conllevarÃa la interrupción de cualquier actividad que pudiera estar realizando como pudieran ser:Â
-. La caza e ingesta de alimentos.
-. Desplazamientos innecesarios de los miembros de la manada que pudiera suponer en época de crÃa que las madres retrasaran su vuelta a la madriguera, dejando a los vulnerables cachorros más tiempo a su suerte, y retrasando también el amamantamiento de los mismos.Â
El miedo que generamos al lobo es tal que incluso las hembras son capaces de abandonar sus cachorros ante la presencia del ser humano, si no ven posibilidades de trasladar la camada a tiempo.
Por último, acompaño una imagen que ha recorrido las redes sociales presentando una bonita historia de amistad entre un  lobo capturado y una burra dejada a la suerte del lobo para que le sirviera de alimento.Â
En realidad, no es que se hicieran amigos, es que el miedo que sentÃa el lobo, inhibÃa por completo su conducta predatoria.Â
Puede que la presencia de personas que disfrutan de la Naturaleza ocasionen sin quererlo alguna pequeña molestia
a la fauna silvestre,sin embargo estas molestias son esporádicas y puntuales,no alterando en absoluto el comportamiento natural de las especies,a no ser que estas molestias se ocasionen de manera continuada,sobre una población determinada,y sobre todo en especies con movilidad escasa.
Personalmente prefiero a millones de personas disfrutando de la Naturaleza:naturalistas,ornitologos,herpetologos,paseantes,fotografos,etc,etc,etc,que a un solo cazador o lo que es lo mismo asesino de especies distintas a la nuestra,que esos si que producen una gran molestia con sus practicas altamente nocivas para la Naturaleza,y especialmente para los canidos silvestres.A estos individuos y a quienes les protegen es a los que hay que criticar y erradicar,y no a las personas que van a disfrutar de lo poco que nos va quedando.
Si entendemos a las personas que disfrutan de la naturaleza, como aquellas que son de verdad responsables con la actividad que realicen en ella, sin duda hablarÃamos de molestias esporádicas y puntuales. Pero por desgracia no es asÃ, los hay que si que son responsables y los hay quienes van de camping y dejan restos de su presencia por todas partes.
A primeros de mes he tenido la oportunidad de ir a la Sierra de la Culebra y he visto a empresas de turismo lobero que no tenÃan respeto alguno por la naturaleza, dejando la zona en la que estaban llenas de colillas, por poner un ejemplo.
Por otro lado, en EEUU, en donde los lobos están protegidos dentro de sus Parques Nacionales, la distancia que tienen fijada, por ley, para la observación de lobos es de 1’4 kilómetros. En España nos encontramos con empresas que realizan su actividad a unos 200 metros, incluso sobre cachorros.
El problema es que no podemos añadir al lobo más presiones de las que ya aguanta, como bien dices la caza y la del sector ganadero. Quizás, en un futuro, si estas presiones desaparecieran, podrÃamos hablar de otra cosa, pero mientras tanto, debemos evitar molestarles lo máximo posible.