Impacto de la presencia del hombre en tierra de lobos (Part. 2)

Imagen de la película «Entre lobos»

Otro de los grandes problemas que conllevaría el aumento de la presencia humana sería el habituamiento del lobo al hombre. La habituación se produce cuando la presentación repetida de un estímulo elicitante puede provocar una disminución en la respuesta (“Efecto de habituación”, Domjan, Michel, Principios de Aprendizaje y Conducta 5ª Edición):

-. Vicente Palacios Sánchez en el “III Congreso Hispano Luso del Lobo Ibérico” relató como una joven loba en la Sierra de la Culebra se habituó a la presencia humana debido al uso de “cebaderos”, hasta el punto de que estableció un vínculo con una persona que perduró siendo adulta.

-. David Mech, en la conferencia que dió en Bilbao el 27 de abril, también relató como en Groenlandia, en donde los lobos no tiene esa adversión hacía el hombre, pudo de forma personal acercarse a un lobo adulto con un poco de comida.

Las consecuencias de la habituación de la vida salvaje, como se puede ver en el estudio científico “Wildlife habituation”(VALERIUS GEISTUniversity of Calgary, Calgary, Alberta, Canada HumanWildlife Interactions 5(1):912, Spring 2011), trae como consecuencias, entre otras, el aumento de casos de agresividad de la fauna hacía los seres humanos. Recordemos que no hay ningún caso probado en España de ataques de lobos a personas, pero básicamente por el miedo que le provocamos, ¿qué sucedería si está situación cambiara? Pero es más, la mejor arma con la que cuenta el lobo para escapar de la caza indiscriminada que sufre, es el miedo que siente por el humano.

El uso de los cebaderos, de forma puntual o habitual, además de ser una práctica carente de ética, conlleva además otras modificaciones de conducta en los lobos. La caza es un elemento de cohesión de las manadas y el uso de los cebaderos puede suponer la destructuración de las mismas. Además, el uso de cebaderos es una práctica habitual de los cazadores, por lo que usar los mismos para el turismo, supondría un doble riesgo para los lobos.

(Coyote grabado en el Parque Natural de Yosemite, en donde se puede contemplar al animal sin problema alguno ante la cercana presencia de los humanos, a la más que probable espera de comida por parte de los turistas)

 La desestructuración de las manadas conlleva una serie de problemas, tanto a nivel de grupo, como a nivel individual. En una manada debe haber jóvenes vigorosos y rápidos y veteranos experimentados; de ello depende el éxito en la caza cuando se trata de presas salvajes como ciervos, corzos o jabalies. A nivel individual, un joven lobo precisa del aprendizaje de sus progenitores para aprender a cazar, la desarticulación del grupo familiar, puede además crear un retardo en la madurez con consecuencias inesperadas y los jóvenes lobos recurrir a presas más accesibles como el ganado (Nieto Macein, David; Etología del lobo y del perro, Análisis e interpretación de su conducta).

En definitiva, el uso de cebaderos pondrían en peligro el papel vital del lobo en el mantenimiento de los ecosistemas.

Creo que por ahora ya está sobradamente demostrada los efectos negativos de la presencia humana en el lobo, pero hay más, si realmente se quiere “ensalzar” el valor económico del lobo por encima de la caza y la actividad ganadera como algunos esperan, ¿qué presión humana hay que meter en el ecosistema del lobo para lograr esto? ¿Debemos añadirle al lobo, que ya soporta la presión de la caza y la ganadera, la presión de un turismo que pretende utópicamente sustituir las otras dos?

 El ecoturismo jamás debe olvidar el prefijo “ECO”, lo que implica que ese turismo debe tener como prioridad siempre el ecosistema, jamás deberá ser supeditada por el valor económico que tantos se empeñan algunos en ensalzar en el lobo, o de lo contrario, tendremos un turismo disfrazado con el manto verde de la naturaleza. 

El ecoturismo efectivamente puede ayudar a la conservación de una especie, pero la necesidad de control y gestión de la oferta turística debe ser supeditada a los intereses reales de la especie (The role of ecotourism in conservation: panacea or Pandora’s box? OLIVER KRÜGERDepartment of Zoology, University of Cambridge, Downing Street, Cambridge CB2 3EJ, UK).

El “lobo vale más vivo” no puede reducirse jamás a su valor económico ¿Qué ocurriría si el auge del turismo lobero decayera? ¿en donde quedaría su valor entonces?

Es prioritario ante este auge que se establezca una regulación de la actividad que regule el citado turismo lobero, con un férreo código deontológico. Una vez conseguido esto, podremos entonces hablar de «ecoturismo«, de lo contrario, tendremos una simple actividad económica cuya prioridad será el beneficio propio y no la supervivencia de una especie y en donde será frecuente encontrarse con prácticas «poco éticas» como usar cebaderos de piensos perrunos para que el turista «saca barriga» pueda echarle la foto a un lobo.

Fotografía de Deby Dixon Photography en el Parque Nacional de Yellowstone


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